Friday, April 28, 2006

Leaving the city

Es un Viernes cálido, Schaffner. No vengas con esa historia de nuevo. Los morenos de las naciones revolcándose los unos contra los otros. Noches enteras en escafandra, entiendes? Y todo lo que veía el maldito extranjero era una multitud de gente enana y torpe tropezando las aceras. Dios, nunca aprenderán. Maldición todo se ha ido al caño. Sólo podemos rezar porque no suceda de nuevo. Y la gente cada vez más pequeña a través del retrovisor en este viaje interminable. Cuántas historias no tendría para contar, Schaffner. A veces me parece que el color del 2001 se ha perdido para siempre. Galerias incontables cobijando chicos del video en circunvoluciones eróticas prohibidas para el viejo Flemas. Estás perdiendo ese sentido de la corporeidad, o acaso miento Sargento Schaffner? Suele suceder, es el hastío de la misma frase existencial repitiéndose una y otra vez. Como cuando te cansas de ese sonido y gritas: dios santo, cuándo podrán callarse? Pero esta vez la réplica es contra ti mismo y parece que penetras una frontera que nunca debiste haber cruzado. Tantos hombres que pudo haber contenido en su aliento viejo Flemas, no lo creerías de no haberlo conocido. Y era como una certera avispa venenosa que acechaba al otro para contenerlo en su hálito de muerte. Schaffner, eras tanto el chico de la cocaína en el ocaso. No mentiría en una circunstancia como esta, no de no ser por la memoria del que a buena hora ha muerto. Un amor de travestis bastante divertido, si me preguntas. A la mierda todo, algún día podré disponer de mis propios genitales y hacer un reventón con el culo de sus madres. Verás los reportes de las cadenas radiales de alcances inter-regionales: Luis, amores locos, ha marchado para no volver a Schaffner. Como si acaso sufriera, como si acaso sintiera esa rata ginecológica. Un delirio de amores entre un par de ancianos vagabundos habría dado más que hablar, eso es cierto. El asma te alcanza a carcomer en este viaje Schaffner? La policia no trabaja en las noches y la corrupción aflora como un organismo parasitario en las agencias de corazón rosa. No es demasiado popular lo que digo, no lo suficientemente patético para ser considerado un alguien que dice algo. Pero ahí estás, Schaffner, tal vez porque no tengas otro lugar a donde ir o porque sencillamente tu tristeza de deficiencia de drogas no te permita entender nada en absoluto. El corredor amarillo que juntos conocimos cuando éramos el par de culitos alegres ha sido derribado por el prejuicio de las prostitutas sindicalizadas. Nada será lo mismo sin ese latido que nos llevaba a la locura, el centro de la ciudad era poca cosa para nuestro ímpetu: no había peligro para nosotros, nosotros éramos el peligro. Es que somos tan pobres. Dame otro, otro, otro corazón para reventar en dinamita acelerada. El viejo ya no tiene ni como levantar la cara después de ser usurpado de alma. Y le pedíamos voz propia, te acuerdas? Sus ojos eran un par de ampollas a punto de reventar en esputo, algo realmente doloroso de ver: unos ojos demasiado dolorosos de ser vistos por otros ojos humanos. Una corporación de vaginas organizadas no podría repararlo ni en mil años de todo lo que había guardado en su corazón. Todo ese odio, esa rabia, ese resentimiento contra el cielo. Es mi impresión o los años cada vez se aprietan más el cinturón respecto su economía del color? No me salgas con esa mierda Schaffner si quieres sobrevivir la fuga. Las luces de la ciudad vienen hacía tu hermoso rotro Sargento y ya empiezo a sentir cómo será la vida después que mueras. Todo se fue al diablo y tú y yo sin poder besarnos. Me amaba antes que nada lo que tenía por perder. Ahora soy pobre, pobre. Es un Viernes cálido y ya empiezo a sentir cómo será extrañarte y ya te extraño. Qué se jodan las multinacionales y los lectores y todos los hijosdeputa carevergas de mierda que no soporto tener esta mierda en mi rostro que se pierde en la noche de nunca. Los canales radiales inter/regionales podrán interpretarlo como un acto de desacato pero qué saben ellos qué es amar o qué es perder alguna puta cosa que realmente tienes adentro? Sargento Schaffner hemos arribado a un punto del que no hay salida para bien. Clásico viernes corriendo sin salida. Y ya sin colores no puedo confesar la cámara de dolor a la que me he sometido durante tantos años. Si estuvieras en este instante podría reventar mi rabia y convertirme en otro, ser alguien realmente peligroso, o alguien realmente hermoso, pero siempre bajo presión, corriendo con firme conocimiento de lo fregadas que se han puesto las cosas. Un burro armado con una bazuca seguramente entendería mejor las cosas. Algún día los comisarios también dejarán de pagar las proezas y se aburrirán de las viejas historias de aventuras. Así que empezarán a pagar fakires que degollen cíclopes microcefálicos y nosotros seremos los primeros en estar de patitas en la calle. Nosotros, que quisimos ser alguien en la vida.