Friday, October 20, 2006

Una mujer 2 (continuación)



Por otra parte, Oriana Fallaci, siempre representó la parte más íntegra del periodismo, hasta el punto de ser catalogada: la guerrillera del periodismo.

La florentina desde los 19 años había demostrado su integridad en un diario en que el director consideraba a los periodistas como meros "mercaderes de palabras". En ese entonces ella se había negado a escribir mentiras sobre un mitin organizado por un lider comunista que le desagradaba y este director le había replicado que no se podía escupir en el mismo plato que se comía. Fallaci años más tarde diría: "Temblando de indignación repliqué que en aquel plato podía comer él, que antes de convertirme en un mercader de palabras prefería morirme de hambre". (FALLACI, La rabia y el Orgullo, ED. El Ateneo. 2001)

Tal vez sería en esos primeros días, sufriendo el hambre y sin haber podido culminar sus estudios de medicina, que comprendería que el oficio del escritor es contrario al poder, a la autoridad, a la tiranía y a la mentira. "Creo también mi deber recordarle -al lector- que, en la misma medida que no comprendo el poder, comprendo a quien se opone al poder, quien censura el poder, quien replica el poder, sobretodo a quien se rebela contra el poder impuesto por la brutalidad. La desobediencia hacia los prepotentes la he considerado siempre como el único modo de usar el milagro de haber nacido. El silencio de los que no reaccionan e incluso aplauden lo he considerado siempre como la muerte verdadera de una mujer o un hombre". (FALLACI, Entrevista con la Historia. Prólogo. Ed. Poguer. 1982).

Esta simpatía por la oposición en Oriana Fallaci no era una simple substracción ideológica de la idealizada figura del hombre de letras bohemio tan en boga en el siglo XX. Esta simpatía, como todo en el pensamiento de Fallaci, era algo real, tangible y vivencial, llevado hasta el último extremo de congeniar personalmente, ideológicamente, eróticamente, con el jefe de la resistencia griega Alejandro (Alekos) Panagulis. Con él vivió un tórrido romance de 3 años hasta su muerte en manos de la dictadura griega encabezada por Yorgos Papadopulus.

Alekos ¿ Qué significa ser un hombre?
Significa tener valor, tener dignidad. Significa creer en la humanidad. Significa amar sin permitir que un amor se convierta en un ancla. Y significa luchar. Y vencer. Mira, más o menos lo que dice Kipling en aquella poesía titulada Si (If). Y para ti ¿qué es un hombre?
Diría que un hombre es lo que tú eres, Alekos. (FALLACI, Entrevista...)
"Vehementes injurias publicadas con idéntica complacencia por periódicos tanto de derechas como de izquierdas. ´Or-Jena Fallaci`, `Talibana Fallaci`, `Fuck-You Fallaci`. (En un periódico de extrema izquierda, el `Fuck-you Fallaci' apareció con grandes caracteres y ocupando toda la página) Obscenidades escritas en los muros de las calles (`Oriana puta`) y en los carteles de los arcobalenisti que se definen como pacifistas. (...) Imitadoras sin inteligencia y sin civilización que colocándose un casco igual al que yo llevaba en Vietnam me tachan de belicista o se ríen de mi enfermedad con ataques crueles. `¡Ojalá que te venga un cáncer! `Ya lo tengo`." (FALLACI, La fuerza de la razòn. Ed. El Ateneo. 2004)
" Pero tampoco creo en el masoquismo de poner la otra mejilla. Si las ortigas me invaden, si la hiedra me asfixia, si un insecto me envenena, si un león me muerde, si un ser humano me ataca, lucho contra ellos. Acepto la guerra, hago la guerra. La hago con las armas que me pertenecen, las que llevo siempre conmigo, las que uso sin reservas ni timideces, es cierto. El arma incruenta de las ideas expresadas por medio de la palabra escrita, por medio de las ideas y de los principios que nos distinguen de los animales y de los vegetales. Pero si esto no basta, estoy dispuesta a hacerla con algo más. Como hacía de adolescente cuando las ortigas invadían mi pueblo, cuando la hiedra lo asfixiaba. Y ningún bufón que se me eche encima gritándome en la plaza, ningún lansquenete que pintarrajee mi foto en la tele, ninguna gansa cruel que me imite con el casco en la cabeza y se ría de mi enfermedad conseguirá impedírmelo jamás. Ninguna manifestación de bribones que caminan con carteles en los que han escrito `Oriana Puta`o `Fallaci Belicista`conseguirá jamás intimidarme, hacerme callar. Ningún hijo de Alá que invite a castigar a-la-perra-infiel conseguirá jamás amedrentarme, cansarme. Jamás. Aunque esté en el atardecer de mi vida es decir ya no tenga la energía física de la juventud. Porque es un atardecer que espero vivir, beber, hasta la última gota". (FALLACI, LA FUERZA...)
"Y durante la resistencia mi padre fue arrestado y torturado más que el tatarabuelo de Giorbatta: bastonazos en los pies y descargas eléctricas en los genitales. Toda la familia se unió a su lucha, yo también. En las filas de `Giustizia e Libertà`, Cuerpo Voluntario de la Libertad. Nombre de batalla, Emilia. Tenía catorce años. Y cuando al año siguiente el Cuerpo Voluntario de la Libertad fue agregado al resurgido Ejército Italiano, la guerra terminó y fui licenciada como soldado raso, me sentí tan orgullosa. Tan fiera. ¡Jesús, yo también había combatido por mi bandera, por mi país! ¡Por amor a mi patria yo también había sido un soldado italiano! Así que cuando me notificaron que el despido incluía una paga de 15.670 liras, no sabía si aceptarlas o no. No me parecía correcto aceptarlas por haber cumplido mi deber hacia la Patria. Pero las acepté. En casa estábamos todos sin zapatos, y con aquel dinero compré zapatos para mí y mis hermanitas. (Mi padre y mi madre, no. No las quisieron.)" (FALLACI, LA RABIA...)
"Esas criaturas patéticas, parasitarias, inútiles. Esos falsos Sans-Coulottes que, disfrazados de ideólogos, teólogos, periodistas, cronistas, escritores, actores, grillos cantores y vendidos a unas izquierdas sin dignidad, putas à la page, dicen sólo lo que está de moda. Los que les dicen que digan. O bien lo que les sirve para colarse en el jet set seudointelectual, aprovecharse de los privilegios que eso conlleva, ganar dinero. (Mucho dinero). Esos insectos que han sustituido la ideología marxista por la moda de lo Politically Correct. La moda o bien la asquerosa hipocresía que en nombre de la Fraternidad (sic) predica el pacifismo a ultranza, repudia también las guerras que hemos librado contra los nazi-fascistas de ayer, besa los pies de los invasores y crucifica a los defensores. La moda o bien la fábula que en nombre del Humanitarismo (sic) absuelve a los delincuentes y condena a las víctimas, llora por los Talibanes y escupe contra los norteamericanos, les perdona todo a los palestinos y nada a los israelíes. (Y que en el fondo querría volver a ver a los judíos exterminados en los campos de Dachau y Mauthausen). La moda o bien la demagogia que en nombre de la Igualdad(sic) niega la calidad y el mérito, la competición y el éxito. Pone en un mismo plano a una persona culta y una analfabeta, un ciudadano respetable y un payaso girouette que exaltaba Pol Pot. La moda o el cretinismo que, en nombre de la Justicia (sic), abole las palabras del diccionario y llama `obreros ecológicos` a los barrenderos. Llama `Colaboradoras familiares`a las criadas. Llama `personal no enseñante`a los conserjes de los colegios, `invidentes`a los ciegos, `no oyentes`a los sordos, `no caminantes`(supongo) a los cojos. Y "función política del hecho social", el asesinato político. La moda o bien la inmoralidad que llama `tradición local`o `cultura diferente´a la ablación. Es decir, la costumbre feroz con la cual, para impedir el placer sexual, numerosas musulmanas cortan el clítoris a las muchachas y les coses los labios mayores de la vulva. (Dejan solamente una pequeña grieta que permite orinar. Imagínate pues el sufrimiento de una desfloración y luego de un parto.) La moda o bien la farsa según la cual los occidentales descubrieron la filosofía griega a través de los árabes. Según la cual el árabe es la lengua de la Ciencia y desde el siglo IX la más importante del mundo. Según la cual cual cuando escribió sus fábulas Jean de la Fontaine no se inspiró en Esopo: plagió unos cuentos indios traducidos por un árabe llamado Ibn-al-Muqaffa". (FALLACI, LA RABIA....)

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