Tuesday, February 08, 2005

KARLNACHT

Todas las chicas confluyen Karlo, es una noche Karlo y vamos por nuestro carro Karlo. Es la noche Karlo, una noche suave, con camisas encendidas, eso es... una noche Karlo. En la mañana de verano era diferente, era el sol que ardía sobre nuestras gafas oscuras, una mañana algo Karlo con un poco de mal aliento que se soportaba con algo de alcohol; era el verano de madrugada en el cual le escuchabas llamando y las aves en manadas cubrían este cielo azul que partía hacía otro verano. Sí; sabías que no podrías seguir la carrera hacía la eternidad, el rojo vivo sobre sus cabezas, manejando por la vía virgen de la esperanza, el azul de un campo que brillaba en este sol sureño. Y la oscuridad al otro lado, no crees en lo extraño; si sientes que es esta noche la que venía a través de bebidas energizantes en que golpeas libre, la noche estelar en el invierno de las pasiones con ella, la ajena, mierda; otra vez, estás bailando sobre terreno infértil en la noche de los desposeídos. Te alejas reflejando otra cosa. No; no es una correcta noche Karlo. Sabes que Dios esta noche tiene nombre, se apagan las luces, cierras los ojos y sientes la vibración de los demás cuerpos que saltan a tu lado. Otro amor más y sientes que Dios está en el aire y golpea libre. Quién siente qué está al otro lado de la pista, de todos modos, el salón es apropiadamente alegre y nadie dejará de sentirnos así, tan cerca, mi amigo Karlo. Sabes que Dios tiene nombre: es Paul Oakenfold sobre la pista y cierras los ojos sintiendo la música penetrar en esta ligera madrugada de chicas sobre los campos de trigo. Más que un amor moderno en Lima era la sensación de entrar al centro del mundo luciendo tan demacrado sin ninguna vez saber que es un Bye Bye. Well you try it. Es un momento de vida en el que estás hecho escombros en el aire pero en tus oídos no había un bye bye. Nunca jugaste futbol, nunca abrazaste en la jungla al oso, no aterrorizas: es el moderno modo de ser hombre reflejo. Ahora shu shu, él está sobre su lecho de muerte y lo único que quiere es recuperar algo de juventud after. Él era libertino, mala gente, cretino, pero era un pequeño Dios sobre la pista en la cual saltaba, saltaba: era increíble verlo saltar sobre la pista. Sabes, lo sabes bien y lo reitero: me quemo por ti. Era otra vez andar entre maricas, gente descuartizada, calles de guerra: pero era el pito de la canción la que nos hacía vibrar y recaer en nuestro amor que fluctuaba tanto, tantas veces, mi amor, tantas veces. Oye, pero que bueno era saber que no eran las noches Karlo las únicas sobre el mundo sino que había poco de espacio para aquellas noches tan alegres de enamorados. Tus ojos cafés que me daban un secreto que se me escapaba, luego en el centro de la ciudad una pareja de gitanos tocando mientras caías y los artistas: ché pero que patético este hombre rojo tan rojo tan quemado por ella ché ché ché. Si me das un secreto que se me escapa, si me alejas de las noches Karlo, es claro que ardo y siento que es propicia una recompensa: eres tú y ese ardor en los ojos. Japón en llamas, el fin del mundo sobre Tokyo, la gente a punta de saké: era lo que veía la pequeña Funesta cuando estaba conmigo; no me recordaba, sólo podía hacerte sentir el más mínimo movimiento de tu vientre sobre el de ella. Y era mi sobrina Nakeda que repetía: no, no, no, ay, ay, ay. Funesta, Nakeda, no cuestión sobre esta noche en la que las luces te llevan como zombie y la mañana no era otra cosa que luces naturales que mataban la artificie de nuestros rostros trasnochados. Y un momento en que sentías latir su corazón, hubo ese instante en que tu único reclamo era por algo de ligereza, un poco de liviano sobre tus ojos: agotado de ver el rojo de una bandera que imperaba tras esta noche en la cual no querías morir por vez primera. Almost no se recordaba que quisiera estar en un Japón que corroía tus ojos de sed en el Tamesí. Mi cirujano de salud mental era Charly Garcia en las aguas negras del río San Francisco en Bogotá que fluía como las putas de la séptima con 19 que te traían regalos desde el más allá, de ese universo femenino caído en desgracia y enlodado: son estas las chicas que más estimo, las únicas. Ahora te olvidaré, es el mejor momento, cierto chica muñeca de porcelana?. Sí, era eso; oh sí era eso precisamente lo que era el sueño del sol en el cual Luis en Brasil devenía en ese inmenso mar de lágrimas y penas rosas. Mira chica, era saber que tu rostro sangraba y tu voz se desgarraba en un grito sordo sobre el cristal frío de tu silencio. Me tiro en la sensualidad y el abandono que está con este cambio de muelas de caballo. Alegre, alegre rosa roja en primavera que te esfuerzas en destruirme bajo la lluvia ácida de una tarde para nada Karlito, nada Karlito, óyelo bien. Como otro rojo sobre los romances en París donde el novio la conducía hasta la luna, así me sabían tus besos que me pegaban a la luna; en otras palabras, querida: bésame. En otras palabras sentía que el sabor de tu sexo era un aceite exótico que alimentaba mi desnutrida alma. Era como una sofisticada manera de matarme ese sexo tuyo en que me dejabas jugar con tu largo pelo que me llevaba hacía otros planetas: otros vagabundos en las bibliotecas que se cuelgan leyendo novelas rosas :otro mal polvo en otras palabras. Era una encanto en la noche Karlo esta chica, sí, sabía que en la caverna los fantasmas cavaban sobre sus amargas naranjas. Demasiado cerca, cerca, tan cavernícola, y ahora ella en mi sentido, como si no hubiera otra cosa que esta pista de baile ella saltaba como la bruja que era: cavando mi alma. Una muerte en el atardecer inmenso de Lourdes, nada que conoces y es tan demasiado tarde que ahora que me ves mi cara está cicatrizada por este sueño: la sangre que se derrama es inmensa y provoco océanos de alma. Mañana es el océano el que dormirá en este cristal, profundamente es otra manera de dormir con el fantasma. Es demasiado tarde, demasiado fuerte, y ahora, estoy tan derramado en mi lentitud. Nada que sales y es la tarde una manera de estar en mi soda. Nooooo, es tan tarde que ahora ando derruido por esta excavación de mis secretos. Todo de mí conoce y es demasiado tarde en este juego Scribble.Y ahora, es una pobreza de lo maravilloso que fue ayer, oh oh, nada se escapó de esta fuga misericordiosa que maldigo.

La fantasía Karlo, la noche Karlo, las brujas que revolotean por nuestras espaldas, esta noche disco, es Paul Oakenfold en nuestros oídos: están tan cerca y es una oscuridad de caverna que nos hace arder mi amigo. Karlo, en la caverna, sabemos que en un punto, al final de sus vidas, tan tarde y tan cerca en este Scribble, todas confluirán hacía ti K y en la eternidad serán para siempre las chicas Karlo: es en el alma, es en el alma.

Tan cerca, tan fuerte, tan tarde, tanto, tanto, en mi dormir me quemo por ella y en mi corazón sé que ahora es en mi alma. Es una tristeza Karlo en la noche Karlo y sabes que en un momento todas confluirán hacia Karlo y podremos escuchar tan alegres My Favorite Things interpretada por el genio de Coltrane.

Ahora me pregunto en la pista de baile: no será ésta una de mis cosas favoritas. Inevitable, es tan cerca y tan lejos que ahora pregunto que sé que es en mi alma.

Ayyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyyy! estoy corriendo alto!


Jueves 13, Marzo, 2003.

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